1. No preparar la piel adecuadamente antes de aplicar el maquillaje: La preparación de la piel es fundamental para lograr un maquillaje impecable y duradero. Esto implica limpiar la piel para eliminar cualquier suciedad, exceso de grasa o residuos de maquillaje anterior. Luego, es importante hidratar la piel con una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel. Además, aplicar un primer puede ayudar a suavizar la textura de la piel, minimizar los poros y crear una base uniforme para el maquillaje.
2. No elegir la base de maquillaje correcta para tu tono de piel: La base de maquillaje debe coincidir perfectamente con el tono y subtono de tu piel para lograr un aspecto natural y uniforme. Es importante probar la base en la mandíbula y difuminarla hacia el cuello para asegurarse de que se mezcle sin dejar líneas visibles. Además, considera la cobertura y el acabado que deseas, ya sea mate, luminoso o natural.
3. Aplicar demasiado producto: Aplicar una cantidad excesiva de maquillaje puede resultar en un aspecto poco natural, pesado y con acumulación de producto en líneas finas y arrugas. Es importante aplicar el maquillaje en capas finas y construir la cobertura según sea necesario. Utiliza una cantidad moderada de producto y difumina bien para lograr un acabado más suave y natural.
4. No difuminar correctamente el maquillaje: La difuminación adecuada es clave para lograr un aspecto de maquillaje profesional. Utiliza herramientas como brochas, esponjas o dedos para difuminar el maquillaje en movimientos suaves y circulares, asegurándote de que no haya líneas visibles entre las áreas maquilladas y no maquilladas.
5. No tener en cuenta la iluminación al aplicar el maquillaje: La iluminación juega un papel importante en cómo se ve el maquillaje. Es importante aplicar el maquillaje en una luz natural o similar a la luz en la que estarás durante el día. Evita aplicar maquillaje en luz fluorescente, ya que puede alterar los colores y hacer que el maquillaje se vea diferente una vez que salgas a la luz natural.

1. No preparar la piel adecuadamente antes de aplicar el maquillaje: La preparación de la piel es fundamental para lograr un maquillaje impecable y duradero. Esto implica limpiar la piel para eliminar cualquier suciedad, exceso de grasa o residuos de maquillaje anterior. Luego, es importante hidratar la piel con una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel. Además, aplicar un primer puede ayudar a suavizar la textura de la piel, minimizar los poros y crear una base uniforme para el maquillaje.

2. No elegir la base de maquillaje correcta para tu tono de piel: La base de maquillaje debe coincidir perfectamente con el tono y subtono de tu piel para lograr un aspecto natural y uniforme. Es importante probar la base en la mandíbula y difuminarla hacia el cuello para asegurarse de que se mezcle sin dejar líneas visibles. Además, considera la cobertura y el acabado que deseas, ya sea mate, luminoso o natural.

3. Aplicar demasiado producto: Aplicar una cantidad excesiva de maquillaje puede resultar en un aspecto poco natural, pesado y con acumulación de producto en líneas finas y arrugas. Es importante aplicar el maquillaje en capas finas y construir la cobertura según sea necesario. Utiliza una cantidad moderada de producto y difumina bien para lograr un acabado más suave y natural.

4. No difuminar correctamente el maquillaje: La difuminación adecuada es clave para lograr un aspecto de maquillaje profesional. Utiliza herramientas como brochas, esponjas o dedos para difuminar el maquillaje en movimientos suaves y circulares, asegurándote de que no haya líneas visibles entre las áreas maquilladas y no maquilladas.

5. No tener en cuenta la iluminación al aplicar el maquillaje: La iluminación juega un papel importante en cómo se ve el maquillaje. Es importante aplicar el maquillaje en una luz natural o similar a la luz en la que estarás durante el día. Evita aplicar maquillaje en luz fluorescente, ya que puede alterar los colores y hacer que el maquillaje se vea diferente una vez que salgas a la luz natural.

AMSP